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SEMANA DE LA LACTANCIA MATERNA

by - 22:49

¡Buenas noches de domingo!

Aprovechando esta tarde que miniRex duerme aquí a mi lado para mientras en mis auriculares escucho musica "lo-fi", escribí el post que llevo intentando hacer desde el lunes y que publico ahora porque antes me ha sido IMPOSIBLE!

Esta semana es la semana de la lactancia materna. Es y acaba ahora...Por los pelos! Por suerte para mí y para mi pequeño, a día de hoy seguimos con nuestra lactancia después de la friolera de 26 meses.



Todo comenzó aquel 3 de Junio de 2018. Mi pequeño, que ya desde el minuto uno sabíamos que iba a ser un guerrero, se agarró extremadamente bien al pecho. Hasta la matrona que nos atendió en el parto dijo que "menudo especialista!". El tío sabía lo que quería y lo quería ya. xD

Después, subimos a planta y ahí la cosa empezó a emborronarse un poco. Yo no sabía como cogerlo, no sabía si lo estaba haciendo bien. ¡Necesitaba ayuda! Sin embargo sólo había una enfermera en planta que me contestó con un "no es tan difícil, ya te lo he explicado antes" que me partió en dos, más de lo que ya lo estaba.

Pues no. Sí que era difícil y quizás necesitaba 2000 explicaciones más! Pero nos armamos de paciencia, miniRex ayudó mucho porque parecía un experto y a mi me sobraban manos, pero al final aunque todos los inicios tienen sus complicaciones, salimos adelante.




DESDE AQUI REIVINDICO LA FIGURA DE LA ASESORA DE LACTANCIA EN PLANTAS DE MATERNIDAD POR FAVOR! Hacen una labor espectacular y totalmente voluntaria y son muy necesarias para conseguir lactancias exitosas.



Yo además ya pertenecía a MAIRE, el grupo de lactancia de mi ciudad, que me ayudaron mucho tanto antes de dar a luz, como después con las dudas - miles de ellas - y siempre con una sonrisa y de manera totalmente voluntaria.

Y la cosa siguió pero bien bien. miniRex no me hizo ni una sola grieta. No tuve ni un solo dolor. Pero esto no siempre es así. Conocí madres que llegaron llorando a las reuniones del grupo de lactancia. Madres que se horrorizaban al ver cómo sus bebés las demandaban de nuevo. Que el momento de amamantar a sus bebés era un suplicio. Temían el dolor. Sufrían. Y yo me sentía afortunada. Y mi consejo para ellas siempre fue el mismo. La lactancia materna es lo mejor, sin dudarlo. Pero tu bebé tiene que sentir a su mamá feliz. Tú debes estar feliz con él. Si no de nada sirve. El bebé lo nota. No eres peor madre por querer ser feliz y no sufrir. No eres peor madre por no darle el pecho. Ser madre es más que eso. Mucho más.


Mientras tanto en casa los meses pasaban. miniRex era muy demandante. Al primer mes ya estaba colechando con nosotros - esto me salvó de morirpor falta de sueño -
Las noches eran interminables, los días también. Pero mi bebé se iba regulando. Y mientras tanto seguía con la suerte de no haber tenido grietas, nada de dolor...

La primera gran crisis llegó a los 3 meses. No éramos dos. Éramos uno solo. Y he de reconocer que fue la primera vez en la que sentí que necesitaba mi espacio vital y no conseguía tenerlo. Ahí lloré. Y lloré mucho porque me sentía mal al tener esos pensamientos. 

Gracias a dios nada es para siempre. Siguieron pasando los meses y tocó incorporarse a trabajar. A media mañana me escondía en el baño de la oficina, a sacar lo que podía de leche para poder dejársela a mi bebé al día siguiente. O para congerlarla por si algún día la necesitaba. Fue duro para mí, pero más para papiRex que tuvo que luchar contra un bebé que no quería tomarse la leche en biberón. Que quería a su madre. Compramos más de 10 biberones distintos y un numero igual o superior de tetinas. Fue una locura, una desesperación. Y finalmente miniRex fue tolerando a tomar la leche en mini vasitos. A día de hoy nunca ha bebido de una tetina. ¡Menudo gamberro!

Los meses seguían pasando; este fue nuestro primer viaje juntos. A Cádiz. Fue maravilloso.Y por supuesto cuando el pequeño tenía hambre/sed, no había lugar malo para sentarnos a descansar un rato. 



Seguí extrayendo leche hasta el verano de 2019. En el que me quedé sola de cara al público  en mi trabajo y no me podía permitir meterme 15 minutos en el baño. Por suerte, miniRex ya tenía un año y podía tomar leche de vaca y esperar pacientemente a que yo llegara a casa.

Ese mismo año viajamos fuera de España por primera vez. 

El viaje en avión fue espectacular. A nuestro lado se sentó una señora que cuando vió a miniRex le faltó santiguarse. Pero al aterrizar nos dijo que alucinó con el viaje que hizo el niño. Señora! 40 minutos a la teta, otros 30 dormido y aquí no ha pasado nada!¿Siguiente destino?





Y por fin Roma. Un calor insoportable pero una ciudad preciosa. Y mamiRex que allí donde el niño pidiera fiesta, allí que se plantaba.






La verdad es que en 26 meses de lactancia, nunca he tenido que escuchar reproches, ni decirme que me tapara, ni he recibido gestos ofensivos. Y sé que muchas madres no pueden decir lo mismo. Qué importante es normalizar que la lactancia es algo natural. Y que es la función principal del pecho de las mujeres. No la del recreo. Y que si quieres que una mujer amamantando a su hijo se tape, deberías sólo echar un vistazo a la publicidad y ver cuan hipócrita es la sociedad de hoy en día con respecto a este tema. Y si eso, te tapas tú.


Esta última foto es de Asturias en octubre del año pasado. En los bufones de Pría. Un sitio mágico y que mi bebé y yo disfrutamos de esta manera.





Revisando las fotos para este post no os podéis imaginar la cantidad de fotos que tengo dando el pecho a miniRex - y que por motivo de privacidad no subo  jeje -

Y doy gracias por cada uno de esos momentos que mi hijo ha compartido conmigo. Porque sé que algún día esto acabará. 

Dar el pecho a mi hijo ha sido seguramente la cosa más hermosa que he hecho pero también el sacrificio más grande al que nunca me he enfrentado. Un reto de proporciones desmesuradas que me ha hecho tambalearme en más de una ocasión. Un acto que por las noches he deseado con todas mis fuerzas que acabara, pero que  en la mañana siguiente al salir el sol ,veía con otros ojos. Un regalo desinteresado que he podido hacer a mi hijo y del que seguramente no se acuerde, pero que yo no podré borrar de mis retinas.

Y no. No me ha hecho ser mejor madre que una mamá que da biberón. No. Porque ser madre son más cosas. Muchísimas más. Tantas que quizás podríamos estar escribiendo hasta el próximo domingo.


A modo de conclusión, vuelvo a repetirme en lo mismo: cada madre sabe, reconoce y entiende lo que mejor puede y debe hacer para su hijo. Por favor, dejemos de entrometernos en la vida de los demás. Dejemos de tener que poner los ojos en blanco por cada "no le das el pecho?", o "anda y tan mayor y sigue con la teta?" ó incluso "deberías destetarlo ya". No. Yo sé lo que puedo, quiero o debo hacer. No necesito que nadie me diga nada. Como mucho su padre y yo somos los que tomamos las decisiones. Respetémonos por favor. Cada decisión es única. Al igual que cada madre. Y cada familia.

Y con esto me despido, porque además miniRex lleva ya un rato dando vueltas por la cama, signo inequívoco de que va a despertarse. Y ya no podré seguir escribiendo. Porque...sabéis en cuanto se despierte lo primero que va a pedir, no? xD

¿Y vosotras?

- ¿Habéis dado pecho a vuestros bebés? ¿os ayudaron en el hospital?
-¿ Habéis dado biberón? ¿ os han hecho alguna vez la temible pregunta?
- ¿ Cuánto tiempo duró vuestra lactancia, si la tuvisteis?

Os leo con las alas extendidas...

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