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LA NO BODA

by - 21:32

¡Buenas tardes!

Por fin es miércoles y el cuerpo lo sabe. Y más aún cuando estás a 48 horas de coger tus primeras 2 semanas de vacaciones en todo el año.

Este año las vacaciones las tenÍamos organizadas de manera que cogíamos 2 semanas ahora y 5! ( siiii 5!! ) en septiembre y octubre, por los 15 días de nuestra BODA!!!

Pero...llegó el COVID19.

Y llegó la incertidumbre. El miedo. Las dudas.

Y con ellas, se fue la boda.





Desde Septiembre de 2019, PapiRex y yo llevábamos organizando nuestra fiesta particular.
Después de 10 años juntos, una boda no se trataba de una necesidad imperiosa- legalmente hablando -(pues ya nos une de por si nuestra casa y nuestro MiniRex ), si no, más bien, la necesidad de juntar a todos aquellos que son importantes para nosotros y hacerlos partícipes de nuestra alegría.

Nos habíamos imaginado un montón de veces a nuestra familia con nuestros mejores amigos. Aquellos con los que hemos compartido fiestas hasta la mañana siguiente...junto con nuestros padres....los que nos habían reñido por llegar de fiesta....al día siguiente!


Pero no va a poder ser. O no al menos este año.

Cuando PapiRex y yo decidimos posponer la boda todo empezó a venirse cuesta arriba. Los proveedores tenían las fechas ocupadas en 2021. O cambiábamos los proveedores o cambiábamos la fecha. Pero ya habíamos elegido todo con tanto mimo, habíamos seleccionado a quienes queríamos que nos ayudaran en ese día tan especial, que al final decidimos cambiar la fecha a una que no tiene nada que ver. Pero en la que estaban todos disponibles. Y para la que queda aún más de un año. 




La cabeza me daba vueltas por las noches y en el estómago tenía un nudo, pensando si estábamos tomando la decisión correcta. Si todo quizás estuviera normalizado para septiembre. Pero...¿y si no dejaban moverse a nuestros invitados? ¿Qué clase de celebración sería esa si faltaba la mitad de la gente que queríamos?

Así que movidos finalmente por ese pensamiento, decidimos posponerla.

Y por qué hoy esta entrada?

Porque hoy 17 de Junio tenía la primera prueba de mi vestido.




Así que con mi bolso en mano y las gafas de sol, he cogido caminito hacia la tienda con un sentimiento extraño entre emoción y ninguna.

Cuando he llegado, aquello no tenía nada que ver a la primera vez que fuimos. O a la segunda, cuando ya decidí cual sería el vestido.

Las cortinas de los probadores estaban quitadas por seguridad. No puedes subir al escalón donde te prueban el vestido y dejan caer la falda a tus costados para que te enamores de las telas y las texturas con aún más ganas y en la que te sientes especial. Y tienes que probarte el vestido con mascarilla. Y amigos...no...el azul no le va nada al vestido que yo había elegido!




Sin embargo, he tenido entre mis dedos MI VESTIDO. Ya no es una muestra. Es el mío. Aunque falte bastante más de un año para llevarlo puesto. He vuelto a recordar por qué me gustó tanto. Lo he vuelto a sentir entre mis brazos y me he dado cuenta que efectivamente con él no me siento disfrazada. Me siento yo misma. ¡Y no puedo esperar para llevarlo y bailar con él durante toda la noche!





Hemos hablado que muchas novias que habían pospuesto la boda, han vuelto a adelantarla, viendo cómo están los acontecimientos. Nosotros la verdad es que nos vamos a quedar ya quietecitos. Por mucho que nos vaya a doler que este 26 de septiembre la "nueva normalidad" nos hubiera permitido casarnos. Por muchas lágrimas que vayamos a derramar ese día porque el sol brille con toda su intensidad y el día sea perfecto.

Pero nos pondremos nuestras mejores galas y brindaremos...porque quizás, o mejor dicho...seguro! lo mejor está por llegar...


¿Y vosotros? ¿ Habéis tenido que posponer algún evento?
¿Creéis que para septiembre estará todo bien?

Os leo con las alas extendidas...



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