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Y el virus nos puso la vida patas arriba

by - 20:25





¡Buenas tardes!

Hoy no vengo a hablar con vosotr@s de un tema en concreto y sin embargo de uno muy particular.

¿Cuántos y cuántas de vosotr@s habéis estado y estáis viviendo el confinamiento con niños pequeños? ¿O no tan pequeños? ¡Seguro que una buena cantidad!

¿Cómo lo estáis llevando?

Yo hoy vengo a contaros nuestra experiencia personal, a modo de reflexión personal y de desahogo :)

En Marzo cuando empezó todo, nosotros estábamos preparándonos para que miniRex empezara la guardería. Era una decisión que se nos había alargado un poco en el tiempo, pero que al final habíamos tomado. Y que era necesaria para miniRex y para nosotros. Para que así papáRex pudiera empezar a utilizar más tiempo para su trabajo y que yo pudiera así tener algo más de tiempo libre alguna tarde para volver a nadar o a leer o al bello arte de hacer autodefinidos.

Y llegó el coronavirus y puso nuestra vida patas arriba.



El trabajo de papáRex de ese mes se fue al garete en ese preciso instante ( y el de todo el año, porque es fotógrafo de bodas y las bodas ahora mismo...regulinchi ) y a mí me mandaron a casa a teletrabajar y a esperar mi turno de rotación pues mi trabajo se consideró desde el principio una actividad esencial.

Y fijaos cómo de una desgracia nació un salvavidas, pues el hecho de que papáRex no estuviera trabajando permitió que cuidara de miniRex durante este confinamiento. Yo me levantaba de la cama - y digo levantaba porque ahora estoy dos semanas de vuelta en oficina trabajando en presencial en mi turno de rotación  - y me metía directamente en el despacho a llamar y hacer gestiones. Todo ello a un volumen de decibelios que escandalizaría al mismísimo Ezio de Assassin's Creed, pues si mi pequeño oía desde afuera el más mínimo retazo de mi conversación, los lloros y los golpes a la puerta del despacho se convertían en la nueva normalidad y para mí se acababa el teletrabajo.

Así que tenía que escucharlo reír, llorar, o llamarme a gritos y lo único que podía hacer era esperar en silencio morderme el labio y aguantar con el corazón roto. Teletrabajo decían. Conciliación decían.


Y ahora que la cosa empieza a flexibilizarse y que la normalidad llama a nuestra puerta - una nueva normalidad, por supuesto - nos llenamos de incertidumbre ante el qué pasará y cómo lo enfrentaremos.


Y yo pienso... ¿qué será de esas familias en las que los dos trabajan y tienen que volver al trabajo? 
¿O en las que están sólo un papá o una mamá con su/s hijo/s?...¿Habrá reducciones de jornada, a pesar de tener que seguir haciendo frente a los gastos igualmente? ¿Habrá madres/padres que tendrán que renunciar a sus trabajos, si los centros escolares ( guarderías, colegios ... ) inician su actividad con restricciones? o...¿seremos nosotros los que decidiremos que pese a todo, nuestros hijos seguirán quedándose en casa por seguridad con todo lo que eso conlleva?

Se abre ante nosotros un mundo de incertidumbres, de decisiones, de aprender a vivir y a convivir, de nuevas medidas de seguridad, modos de relacionarse, cambios en el ocio, etc...  Muchísimos cambios para una persona como yo a la que le gusta la estabilidad.

Por supuesto, esta que describo es mi realidad. Y sé que hay muchísimas más. Y mucho peores. Pues aún así puedo dar gracias de que al menos uno de los sueldos de casa se mantiene sin modificaciones, y seguramente en 2 semanas o menos ya esté de vuelta en la oficina. Pero es mi realidad. Y mi reflexión. Y hoy me ha asaltado a la cabeza todo esto, mientras decidimos si papáRex y yo aplazamos nuestra boda este año o no - ese es otro tema del que hablaré otro día, ains... -


Por lo demás, mi pequeño Rex se ha portado estupendamente durante esta cuarentena. Con sus más y sus menos. ¡Qué demonios! !Es un bebé que no llega a los 2 años aún! Pero mi casa es una amalgama de juguetes, lapices de colores, hojas y hojas de rayones y dibujos con y sin sentido, pelusas, ropa pendiente de planchar, ropa pendiente de planchar y ropa pendiente de planchar, e ideas para mantener entretenido a este pequeño dinosaurio glotón que para mí es el gran campeón de este confinamiento.

¿Me contáis vuestras experiencias? ¿Estáis trabajando actualmente? ¿En un ERTE? ¿Tenéis nenes en casa? ¿Qué vais a hacer con la educación?

Os leo con los ojos muy abiertos y las alas desplegadas y espero que estés bien, en la cabeza y en el corazón :)












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